martes, 14 de octubre de 2008

1.- Mi busqueda

Anoche anduve por todo los rincones por donde quise, mi presencia jamás deje que se sintiera, era una noche de aquellas en la que mi sed de sangre no era prioridad, mi objetivo primordial era la de un demonio en busca de diversiones y cosas nuevas, pero que de nuevo podría encontrar en este pueblo de mierda, en mis milenios lo he vivido todo, lo he probado todo, y el querer buscar algo nuevo, hacia de muchas noches un desafío, del cual casi nunca, desde hace tiempos no he satisfecho.
Que energía desbordaba, aunque soy un ser tan negativo, que vibra la que me impulsaba a buscar mas y mas, no existieron las fronteras, tan solo aquella búsqueda, que después de tanto vuelo me trajo a un poblado cercano " Ziren".

Cuando pensé que mi noche terminaría en una más, llena de tragos, sexos y horrores, me atrajo la única escena, que en toda mi pseudo vida jamás me hubiera atraído, la de un tipo pensativo a solas, junto a las orillas de un rio.
Que tenia este tipo que me podría despertar tanta curiosidad... Caramba que curiosidad tan grande!!!, no sé si fue su mirada tan seria y perdida, sus labios rojizos que no se opacaban en tan oscura noche, la sombra de su figura que se proyectaba en un árbol por el resplandor de la luna, el querer saber que apretaba bajo su mano derecha, no lo sé, pero me quede observándolo por horas desde lo alto de un árbol, el saber que estaba ahí me llenaba de una extraña calidez, de esas que de tanto no vivirlas ni me acordaba como eran.

Al paso de las horas, empecé a divagar, a querer imaginar lo que cruzaba por su mente en aquel momento, pero una idea más real me despertó.... "A estas alturas de mi negra vida, porque habría de importarme tan pobre escena, tan poco tipejo".
Después de tan fuerte y tan real frase, no podía perder la oportunidad que me brindaban mis impulsos, el de bajar y arrebatarle la vida de un solo golpe, por haberme hecho perder mi tan preciado tiempo, y lo hice, con la diferencia de que en vez de matarlo, lo sorprendí por un costado preguntando:

- Acaso es plata lo que guardas en tu mano?
No... Es el collar de una perra... Quien eres tú?

- Me llamo Altea... y dime donde está tu perra?
Acabo de sepultarla, jamás pensé que podría empujarla tan fuerte y quedarme tan solo con su pulsera, la he matado, que merecido se lo tenía, pero que poca cosa me siento sin ella.

Me incline hacia aquella arruinada figura, lo observe a los ojos (para descifrar la sinceridad de sus palabras) y le pregunte:

- Cual es tu nombre?
Mi nombre es Aníbal... Acaso no temes ni te horrorizas de mis actos, de lo que te puedo hacer también?

- Ni en lo mas mínimo ni asesino amigo, las batallas que combatan los demás me tienen sin cuidado, además dijiste que se lo merecía.

Esa noche tan pobre, en la que me dispuse a buscar lo inesperado, definitivamente lo hice, aunque en ese momento no lo supe, descubrí que a unos kilómetros de mi casa existía un tipo llamado Aníbal, de 38 años, que no solo su cuerpo me atraía, ni uno de mis mas insanos deseos (lujuria), sino aquella conversación que mantuvimos por horas y la ansiedad que me daban, las que se que suscitarían después.

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