lunes, 20 de octubre de 2008

2.- Grata misiva

Unos 29 años, estos son los que aparento, la edad exacta, donde se desea más y se es deseada.
Mi esbelto rostro de las 29 primaveras, una eterna juventud que habla por si sola, cada una de estas ultimas noches de atenuante aburrimiento.
Sera que ya he vivido mucho que me he cansado? Que me he aburrido? Que va, que preguntas tan cojudas... Siempre encuentro que hacer, en que posar mis deseos mas locos y retorcidos, busco sensaciones ocultas, aun no saboreadas, desconocidas, apetecibles, cuanto las disfruto.
Además del sexo, el buen vino, y el poder manipularlo todo, estas sensaciones nocturnas son una más de mis adicciones, sensaciones que aplacan mi hiperactividad.

"Cada día, es una nueva vida"

Maldito el aburrido que se ahoga en su monotonía!!! Pero que puede esperarle a una dama como yo que tiene sus guardados, en este pobre pueblo que ya no se deja explotar más.
Ni más ni menos, regresar a una ciudad es donde debo, siempre y cuando por aquí, cualquier experiencia se haya agotado, porque recién caigo en cuenta, de que mi figura y mi rostro, aun le quedan algunos años para modelarse por aquí.

Son las 10:00 pm, me dispongo a salir por el sendero que se encuentra detrás de mi propiedad, una vía que desde hace mucho tiempo deje de transitar, debido a que mis juegos y mis hambres, hicieron de esta zona, un área de extinción humana, pues si, tan solo humana, respeto mucho a los animales, son tan puros, transparentes, intuitivos, se parecen tanto a mí.
"Pues para que dejar vivir, a quien no sabe vivir", pero no soy tonta, después de todo no debo exterminar la única especie que calma mis ocios, mis deseos y mis aberraciones.

Cuando encontraba interesante el tener que caminar esta noche, una carta sellada en mi puerta ha llamado mi atención, jamás recibo correspondencia, y aquella misiva, no puede ser más, que de mi gran y viejo amigo "Solimán", el único que sabe cómo encontrarme.

La carta dice: Llego pronto...

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